miércoles, 5 de septiembre de 2007

Silencio de plásticos

Un engendro aséptico y de metal. Acordado y delimitado. Un engendro serial, multiplicado.. alienadamente repetido. Es el parto de un dios menor que dentro de genes de hilarante progreso alberga no más que negro petróleo. Es un fruto con medidas. Talla y peso permanente como cosmos ordenado o anacrónica ley natural. Inalterable como el chiquillo y su tambor. Inerte, deshabitado. Partos en serie todos ellos fallidos.Y el fruto, lánguido, volátil, sumiso esclavo sin voluntad que ofrecer. Materia inerte en un explosivo manantial de vísceras. Una ausente línea recta.

El viento danza con un plástico que no es ni fue. Con un plástico muerto. Yo lo observo. Yo lo observo y destierro mi carne.

martes, 4 de septiembre de 2007

Al Faro - Virginia Woolf

Virginia no viste de calle. Virginia deslumbra con ostentosos trajes de gala o mendiga con harapos malolientes. Virginia no deja indiferente. La cabra -"cariñoso" apelativo familiar-nunca quiso ser correcta sino ensalzada por su maestría o arrojada a los leones por sus desvaríos.

¿A quién importaba ya un argumento que nace y muere? En "Al faro" no se cuenta nada o bien se cuenta todo aquello que el lobo es capaz de vislumbrar bajo la carne, bajo el silencio. Se busca aquella eternidad que no es otra que el instante y su intensidad, que la naturaleza y su orden. ¿Qué importaban ya las glorias y desgracias que volverían al polvo? ¿Cuánto más importante era la fatua danza de neuronas de personajes que habitaban una casa cualquiera, en una isla cualquiera, con un sino cualquiera? Deseosos todos ellos de tocar la inalterabilidad de un faro cualquiera tapado por la niebla.